John Fawcett es un nombre que tal vez no reconozca inmediatamente. Fawcett fue el pastor de una pequeña iglesia pobre en Wainsgate, Inglaterra, a finales del siglo dieciocho, donde su salario eran sólo 25 libras al año.

En 1773, Fawcett fue invitado a ser el pastor de una iglesia mucho más grande en Londres. Inicialmente, aceptó la nueva posición. Pero a medida que sus pertenencias estaban siendo cargadas para el viaje, la gente de su iglesia vinieron a despedirse de él.

El adiós entre lágrimas fue tan conmovedor que la esposa de John, María, exclamó: "John, ¡no puedo soportar la idea de dejarles!" "Yo tampoco", respondió, "permanezcamos aquí con nuestra gente." Volvieron a sacar sus pertenencias de los vagones, y permanecieron en Wainsgate por el resto de su ministerio por un total de 54 años.

Años más tarde, al reflexionar sobre su decisión de quedarse, Fawcett escribió las palabras de su himno más conocido: Benditos sean el lazo que une. Las palabras familiares de esa canción resuenan con la lealtad y el amor que caracterizó el pastor que las escribió.

Bendito sea el lazo que une
nuestros corazones en amor cristiano
y la comunión de mentes afines.
Ante el trono de nuestro Padre,
vertemos nuestras oraciones fervientes;
Nuestros temores, nuestras esperanzas, nuestros objetivos son uno,
nuestras comodidades y nuestras preocupaciones.

La historia de Fawcett ilustra el legado de compromiso a largo plazo en el ministerio pastoral.

En el artículo de ayer vimos cuatro sugerencias prácticas para mantener la visión a largo plazo del ministerio pastoral. Hoy consideraremos seis más:

SU IGLESIA PUEDE NO SER TAN GRANDE O TAN ECONÓMICAMENTE ACOMODADA, PERO PUEDE ENCONTRAR CONTENTAMIENTO SI CONFÍA EN QUE DIOS LE HA COLOCADO EXACTAMENTE DONDE ÉL QUIERE QUE ESTÉ.

5. Sea agradecido y humilde

Necesita reconocer que como siervo del Príncipe de los pastores, debería estar agradecido por el rebaño que Cristo le ha confiado, y regularmente decirle tanto a ellos como al Señor su profunda gratitud por esta bendición. El contentamiento comienza con la confianza en la providencia de Dios. Su iglesia puede no ser tan grande o tan económicamente acomodada como una mega-iglesia, pero puede encontrar contentamiento si confía en que Dios, en su soberanía, le ha colocado exactamente donde él quiere que esté. Recuerde que no importa las circunstancias de su iglesia, todos nosotros somos indignos de ser considerados líderes en el rebaño del Señor.

No creo que se merezca un ministerio más grande de lo que tiene, pues es la gracia de Dios que le ha colocado en una vocación tan noble. Aprenda pues a definir el éxito en términos de fidelidad y no en términos de popularidad. La medida de su ministerio no está determinada por el crecimiento numérico, sino por adhesión a la verdad en su propia vida y en el mensaje que predica. Mientras que muchos predicadores parecen trabajar para la gloria terrenal, predicadores piadosos dan su vida para en humildad a la obra para la gloria de su Señor, sin importar cuanta honra les es dada en esta tierra directamente a ellos.

6. No pierda de vista la prioridad

Como pastor, su deber es pastorear el rebaño. Esto significa alimentarlos con la Palabra de Dios, llevándolos hacia la semejanza de Cristo en un tierno afecto y  protegerlos de error. Usted es un pastor, no un coordinador de eventos, un analista financiero, un visionario o incluso un líder. Su responsabilidad principal no es innovar o administrar, sino difundir la verdad divina; sólo así va a estar entrenando a la gente dentro de la congregación a vivir y servir con eficacia y obediencia para la honra de Dios y la proclamación del evangelio. Una congregación dominada por la Palabra y el Espíritu producirá una iglesia que servirá a su lado para que pueda ser capaz de concentrarse en a lo que está llamado a hacer: enseñar la Palabra, mientras que se humilla ante Dios en oración.

7. Resista en medio del trabajo pesado

Si usted es fiel a su llamado, se dará cuenta rápidamente que el pastorado es una tarea difícil e implacable. Pastorear no es como una cadena de montaje que se detiene y le permite relajarse. Es una especie de esclavitud bendecida que requiere disciplina y sacrificio, pues trae las alegrías más puras y la más duradera satisfacción. Los pastores que perduran no son personas indisciplinadas que se presentan el domingo para un mitin improvisado. Estos son hombres bien disciplinados los cuales dan sus vidas y energías físicas y espirituales a alimentar el rebaño que Dios les ha dado. Es una tarea que consume pero viene con la promesa de impacto a largo plazo, ya que su congregación le verá a lo largo de los años mientras que continúa enseñándoles la verdad.

8. Confíe en el Señor y su Palabra

La gente en la iglesias de hoy se están muriendo de hambre por falta de la rica teológica, la predicación expositiva y la sana doctrina…pero aún ellos mismos no se dan cuenta. Ellos sí se dan cuenta de las areas que necesitan resolverse, de la poca profundidad en la enseñanza, la falta de visión, la ausencia de comprensión, se dan cuenta de que no pueden resolver sus numerosos problemas y dilemas. Todos ellos están buscando respuestas divinas, pues el mundo sólo les puede ofrecer sustitutos artificiales que no ayudan a largo plazo. Por esta razón, la exposición bíblica a largo plazo va a satisfacer sus corazones y, al mismo tiempo, aumentar su apetito por más de la Palabra. Dios nos ha dado los tesoros más profundos y verdades más frescas de su Palabra, cosas que ninguna cantidad de años puede llegar a agotar.

9. Aprenda a depender siempre del Señor

Obviamente, un ministerio que se basa en la fuerza humana, inteligencia o estrategias basadas en estadísticas, aunque numéricamente exitosa, está condenada a ser de corto plazo y superficial. Un ministerio espiritualmente transformado debe ser construido por el poder de Dios a través de su verdad, pues sólo así perdurará. Dios siempre bendice su verdad y la labor de un verdadero hombre suyo. Cuando se de cuenta que no puede resolver todos los problemas en su iglesia, que no puede salvar a los creyentes que asisten a sus servicios por su propia cuenta y que no puede hacer que el fruto espiritual en su pueblo aparezca instantáneamente, entonces podrá descansar plenamente en el Dios que puede aceptar su debilidad e insuficiencia, y confiar únicamente en el poder de la Palabra a través del Espíritu.

10. Recuerde que no está solo

Si comienza su ministerio pastoral con un compromiso en mente de por vida en servir la misma congregación, como lo he descrito en este artículo, entonces le resultará difícil abandonar a su gente. El hecho de que un nuevo ministerio o oportunidad le page mejor, o que tenga instalaciones más grande, o prometa respiro de los problemas actuales, o proporcione una plataforma para una mayor influencia, no necesariamente quiere decir que sea la decisión correcta, pues pudiera estar buscando ambición. Asegúrese de que si el día llegase en el cual usted debe dejar su rebaño, que sus razones sean espiritualmente convincentes. Si ese día llega, debe hacer lo más que pueda para garantizar que la grey que deja está bien cuidada antes de salir.

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John MacArthur es el presidente de The Master’s Seminary y pastor de la iglesia Grace Community Church. Sus predicaciones en el programa de radio Gracia A Vosotros son escuchados alrededor del mundo. Él y su esposa Patricia tiene cuatro hijos y quince nietos.