La era de la
tecnología ha sido de gran bendición para la iglesia de Cristo en muchas
maneras. ¡Hay tanto beneficio en la multitud de enseñanzas y recursos
(incluyendo este blog) disponibles hoy en día! Tanto los líderes como los
miembros de las iglesias están usando diariamente la tecnología de una manera u
otra para su crecimiento. Hay un alcance mayor, más recursos disponibles y la
posibilidad de prepararse mejor. Dios está usando grandemente la tecnología
para que más personas escuchen el mensaje de salvación.

A pesar de todo el
beneficio que la tecnología trae a nuestras vidas, hay riesgos que debemos considerar
y tener presente todo el tiempo. Las redes sociales, por ejemplo, traen consigo
una plataforma donde la tentación y el peligro abundan para los creyentes y sus
líderes. En las redes sociales hay peligros intrínsecos e insidiosos que pueden
ser desastrosos para la vida espiritual de individuos e iglesias, y en
particular para pastores o ancianos responsables del cuidado espiritual de cada
iglesia local. Hay muchas maneras en que las redes sociales pueden hacer
tropezar a un pastor o anciano, por ejemplo:

  • Animando
    su orgullo al compararse con otros siervos de Cristo y despreciar su ministerio.
  • Trayendo
    desánimo en su ministerio al compararse con otros siervos de Cristo y codiciar
    su éxito.
  • Exponiendo
    su vida a la tentación por contenido mundano o que no es consistente con el
    estilo de vida del creyente.
  • Promoviendo
    un ambiente tóxico donde un pastor o anciano fácilmente puede descalificarse
    del ministerio por argumentos o debates.

Este último ejemplo parece ser un
peligro creciente con la profusión de discusiones en redes sociales sobre temas
sociales, religiosos y políticos. Con más frecuencia pastores y ancianos se están
descalificando del ministerio por demostrar actitudes y acciones que no cumplen
los requisitos de 1 Timoteo 3:1–7 y Tito 1:5–9. En vez de ser sobrios,
prudentes, amables, justos, santos, y dueños de sí mismos en su conducta e interacción
en las redes sociales, son obstinados, iracundos y pendencieros. Haciendo esto
demuestran que no son capaces de redargüir, reprender y exhortar con mucha
paciencia e instrucción (2 Tim 4:2). No son irreprochables. Quedan
descalificados por exhibir consistentemente esta conducta. Esto no es lo que el
Señor espera de un pastor o anciano que está cuidando de Su grey. Lo peor de todo
es que, en vez de dejar el pastorado, estos hombres siguen al frente de sus
congregaciones mientras se caracterizan por seguir en su desobediencia. Si un
pastor o anciano ha caído en esta trampa egoísta de debates o discusiones en
las redes sociales de manera consistente, debe arrepentirse de inmediato. Sin
embargo, para cada pastor, anciano o líder que sirve al cuerpo de Cristo, hay un
peligro enorme en las redes sociales: la distracción.

Las redes sociales
presentan una distracción tremenda para los pastores o ancianos a cargo de la
vida espiritual de su congregación. Podemos restar importancia al peligro de distraernos
con las redes sociales afirmando que son útiles para mantenernos al tanto con
la grey y los asuntos sociales actuales. Sin embargo, el peligro de esta
distracción se resalta a la luz de la enseñanza de las Escrituras sobre el oficio
del pastor o anciano. Por esa razón, hoy recordaremos cuatro realidades bíblicas
sobre el ministerio del anciano en la iglesia local:

El pastor o anciano es llamado a pastorear un grupo específico de creyentes.

Pedro, dirigiéndose a
los ancianos dice así: “pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por
él”. (1 Pe 5:2) Esto indica que el pastor o anciano tiene la responsabilidad de
pastorear el grupo de creyentes donde él está. A menudo las redes sociales nos
hacen creer que tenemos la responsabilidad de pastorear a creyentes en todas
partes del mundo. El patrón de Pablo fue designar pastores o ancianos en cada
iglesia (Hch 14:23), y mandó a Tito a hacer lo mismo. (Tit 1:5) Cada pastor o anciano
debe recordar que el Dios soberano lo ha puesto en una iglesia específica como
un regalo del Cristo resucitado para la edificación de esta iglesia. Si el
anciano es llamado a pastorear cierto grupo específico de creyentes, no puede dejarse
apartar de su trabajo principal por la distracción de pastorear “la iglesia de la
red”. Pastor, pastorea a la grey donde el Señor te ha puesto y no te
distraigas.

El pastor o anciano debe rendir cuentas por su enseñanza.

La Escritura dice
claramente que los que enseñan recibirán un juicio más severo basado en la
precisión de sus palabras (Stg 3:1–2), y que deben procurar con
diligencia presentarse a Dios aprobados, como obreros que manejan con precisión
la palabra de verdad. (2 Tim 2:15) Las redes sociales están en la misma
computadora que usamos para preparar nuestros sermones y lecciones, así que la
tentación de la distracción acecha a la puerta, y solo requiere un click
para distraernos del trabajo de trazar con precisión la Palabra. Pastor, huye
de la tentación de distraerte mientras te preparas, ya que rendirás cuentas por
tu enseñanza.

El pastor o anciano debe rendir cuentas por la supervisión espiritual de los miembros de la iglesia.

En Hebreos 13:17, el
autor hace claro que el oficio del pastor o anciano involucra un encargo que es
de mucha responsabilidad: Los pastores o ancianos “velan por vuestras almas,
como quienes han de dar cuenta”. El pastor o anciano es responsable de la
supervisión espiritual de cada individuo en la iglesia. Lo que da peso y temor
reverente su responsabilidad es que, en el día final, va a tener que rendir cuentas
a Cristo por su administración de los dones y el puesto que el Señor le dio
para ministrar en la iglesia. ¿Puede el pastor o anciano distraerse con las
redes sociales cuando no ha pasado ni media hora velando en oración por su
rebaño? ¿Debe un anciano pasar horas en discusiones y debates en las redes
sociales cuando los miembros de su congregación sufren espiritualmente? Pastor,
pastorea a los miembros de tu iglesia, porque vas a rendir cuentas para cada
uno de ellos.

El pastor o anciano es llamado al trabajo arduo de presentar a cada hombre perfecto en Cristo.

En Efesios 4 vemos el
plan de Dios para el crecimiento de la iglesia: Dios ha dado a los pastores y
maestros para capacitar al cuerpo de Cristo para la obra del ministerio “hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de
Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo” (4:11–13). Esta obra del ministerio es descrita por Pablo en Colosenses
1:28–29 así: “presentar a cada hombre perfecto en Cristo”. Esto
implica un trabajo arduo, una labor intensa. Hechos 20:20 describe esta labor y
lo que requiere, al decir que Pablo no dejó de “declarar a vosotros nada que
fuera útil, y de enseñaros públicamente y de casa en casa”. No podemos
distraernos con las redes sociales si esta es la responsabilidad que tenemos. No
podemos dejar de cumplir este ministerio fielmente. Con seguridad, podríamos llamar
y discipular a un hombre en la iglesia, o visitar a una familia por una hora
con el tiempo que usualmente utilizamos ahora en redes sociales. Pastor,
glorifica a Cristo trabajando con todas tus fuerzas para presentar a cada
hombre maduro a Su imagen.

La descripción del
trabajo de un pastor o anciano en la iglesia local no deja espacio para las
distracciones en las redes sociales. Pueden ser de mucho beneficio, pero pueden
ser también muy nocivas para la labor del ministerio. Nuestro trabajo resulta
en vida o muerte. (1 Tim 4:16) No descuidemos la obra del ministerio ni el
bienestar espiritual de la iglesia por causa de las distracciones de las redes
sociales. Seamos fieles en todo y tengamos ánimo en que nuestra labor intensa
para la gloria de Cristo y el bienestar de Su iglesia trae una recompensa: la
corona inmarcesible de gloria (1 Pe 5:4).