Hace un par de años me encontraba predicando sobre el pasaje en Marcos 5 en donde se narra la historia cuando Jesús sanó a la mujer que había estado sangrando durante doce años. Uno de los elementos más llamativos de este pasaje es que Jesús deja esperando al rico y poderoso de Jairo mientras que primeramente sana a la mujer. No sólo eso, sino que inmediatamente después comienza a predicar acerca del evangelio, seguramente no menos de una hora pasa mientras que Jairo espera. Durante este tiempo la hija de Jairo muere. La pregunta que uno se hace al leer este pasaje es:
¿Por qué permitió Jesús que la hija de Jairo muriera? ¿Acaso no sabía Jesús que si se demoraba moriría esta pequeña niña?
Existen al menos tres razones:
1) Jesús se detuvo para demostrar lo importante que era lo que tenía que enseñar.
Ésta era una cuestión de vida o muerte, y Jesús optó por enseñar el evangelio a la gente en lugar de salvar la vida de la niña. Los que creyeron el evangelio obviamente ni siquiera de dieron cuenta de esto, pero los que lo rechazaron a Jesús miraron este acto con desdén. Uno puede ver la situación tan tensa que esto produjo cuando vinieron unos a decirle a Jairo: "Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?" (versículo 35). Al leer estas palabras usted casi puede sentir el sarcasmo de estas personas al culpar a Jesús por la vida de la niña.
Este tipo de actitud hacia Jesús no era nada nuevo, lo cual el libro de Marcos resalta. Marcos presenta a Jesús como Maestro tratando de enseñar acerca de Dios, mientras que era constantemente interrumpido por los que querían ser curados (Marcos 1: 22-23, 32; 2: 2; cp. Lucas 11: 29-30). Jesús vino principalmente como maestro, no un curandero. Sin embargo, debido a su constante compasión, él sanó a todos los enfermos que se cruzaron en su camino, y nunca le dio la espalda a una sola necesidad. Pero debemos recordar que lo más importante era el mensaje del evangelio, no el sanar a una multitud.
Es por eso que en esta historia se ve cómo Jesús le dio prioridad a su enseñanza, incluso si esto significara que la hija de Jairo tuviera que esperar.
2) Jesús hizo que Jairo esperara con el fin de enseñar que la fe vale más que las riquezas.
Es interesante notar que la pobre mujer que había estado enferma durante doce años, mismos años que había vivido la hija de Jairo. Esta mujer era una persona sin nombre, indigente, olvidada y marginada, mientras que Jairo era conocido, rico, líder religioso, y estimado en la ciudad. Sin embargo, Jesús no le dio mucha importancia al estatus social de Jairo ni descartó la mujer anónima por su pobreza. Jesús nunca hizo acepción de personas y jamas de dejó impresionar por el estatus social o riquezas. Jesús hizo que Jairo esperara mientras que terminaba de enseñar a la multitud y sanaba a esta mujer.
Esto nos explica por qué los siervos de Jairo se burlaban de Jesús. ¿Acaso no sabía Jesús quien era Jairo? Sí, pero Jesús no se dejó impresionar por su renombre. Él estaba más impresionado con la fe de la mujer, a la cual no le dio vergüenza el querer tocar tan siquiera el borde del manto de Jesús.
3) Jesús permitió que la hija de Jairo muriera para ser glorificado al resucitarla de entre los muertos.
En cierto sentido esta narrativa tiene muchas similitudes a la respuesta de Jesús cuando oyó que Lázaro estaba enfermo. Él esperó hasta que Lázaro hubiera muerto para entonces sí llegar a su auxilio. ¿Por qué? Para que todo el mundo viera el poder de Dios en la vida de Jesús. En Marcos 5 Jesús levantó a la niña de entre los muertos para demostrar su poder, para demostrarse a sí mismo como el autor de la vida y para resaltar su papel como mayor que Eliseo, el cual también resucitó a un niño de entre los muertos en una situación muy similar.
Pero mientras que Eliseo lleno de pánico corrió a la cama del niño y frenéticamente trató todo lo que pudo con tal de resucitarlo (2 Reyes 4), Jesús caminó tranquilamente al lado de la niña y operó su poder en su debido tiempo. A diferencia de la desesperación de Eliseo, Jesús simplemente tomó la mano de la niña y le susurró al oído.
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Jesse Johnson es pastor de Immanuel Bible Church en Springfield, Virginia. Durante sus estudios en The Master’s Seminary, Jesse sirvió como pastor de evangelismo en Grace Community Church y coordinó la edición del libro de estudio Fundamentos de la Fe.
Publicado originalmente en ingles aquí.