El artículo del día de hoy es una adaptación de uno de los puntos de nuestra Declaración doctrinalAquí puede leer el resto de nuestra declaración doctrinal, la cual cubre cada uno de nuestras creencias doctrinales de manera sistemática.

¿Quién es Jesús?

Jesucristo, la segunda Persona de la Trinidad, posee todos los atributos divinos, y en éstos, Él es igual a Dios, consubstancial, y coeterno con el Padre (Juan 10:30; 14:9). Dios el Padre creó conforme a su propia voluntad, a través de su Hijo, Jesucristo, por medio de Quien todas las cosas continúan en existencia y en operación (Juan 1:3; Colosenses 1:15-17; Hebreos 1:2). En la encarnación (Dios hecho hombre) Cristo rindió o hizo a un lado únicamente las prerrogativas de deidad pero nada de la esencia divina, ni en grado ni en tipo. En su encarnación, la segunda Persona de la Trinidad, existiendo eternamente, aceptó todas las características esenciales del ser humano y de esta manera se volvió el Dios-Hombre (Filipenses 2:5-8; Colosenses 2:9). Jesucristo representa a la humanidad y deidad en una unidad indivisible (Miqueas 5:2; Juan 5:23; 14:9-10; Colosenses 2:9).

¿Cómo es que Jesús es al mismo tiempo Dios y hombre?

Nuestro Señor Jesucristo nació de una virgen (Isaías 7:14; Mateo 1:23, 25; Lucas 1:26-35); que él era Dios encarnado (Juan 1:1, 14); y que el propósito de la encarnación fue revelar a Dios, redimir a los hombres y gobernar sobre el reino de Dios (Salmo 2:7-9; Isaías 9:6; Juan 1:29; Filipenses 2:9-11; Hebreos 7:25-26; 1a Pedro 1:18-19).

En la encarnación, la segunda persona de la Trinidad hizo a un lado su derecho a todas las prerrogativas de coexistencia con Dios, asumió el lugar de un Hijo y se atribuyó una existencia apropiada a un siervo mientras que nunca se despojó de sus atributos divinos (Filipenses 2:5-8). Nuestro Señor Jesucristo llevó a cabo nuestra redención por medio del derramamiento de Su sangre y de su muerte sacrificial en la cruz y que Su muerte fue voluntaria, vicaria, sustitutiva, propiciatoria y redentora (Juan 10:15; Romanos 3:24, 25; 5:8; 1a Pedro 2:24).

¿Qué implicaciones tiene su muerte y resurrección?

Debido a que la muerte de nuestro Señor Jesucristo fue eficaz, el pecador que cree es liberado del castigo, la paga, el poder y un día de la presencia misma del pecado; y que él es declarado justo, se le otorga vida eterna y es adoptado en la familia de Dios (Romanos 3:25; 5:8, 9; 2a Corintios 5:14, 15; 1a Pedro 2:24; 3:18). Nuestra justificación es asegurada por su resurrección literal, física de los muertos y que Él ahora, después de haber ascendido, está a la diestra del Padre, en donde ahora Él es nuestro mediador como Abogado y Sumo Sacerdote (Mateo 28:6; Lucas 24:38, 39; Hechos 2:30, 31; Romanos 4:25; 8:34; Hebreos 7:25; 9:24; 1a Juan 2:1).

En la resurrección de Jesucristo de la tumba, Dios confirmó la deidad de su Hijo y demostró que Dios ha aceptado la obra expiatoria de Cristo en la cruz. La resurrección corporal de Jesús también es la garantía de una vida de resurrección futura para todos los creyentes (Juan 5:26-29; 14:19; Romanos 1:4; 4:25; 6:5-10; 1a Corintios 15:20-23).

¿Va a regresar algún día?

Jesucristo regresará para recibir a la iglesia, la cual es Su cuerpo, en el rapto, y al regresar con Su iglesia en gloria, establecerá Su reino milenial en la tierra (Hechos 1:9-11; 1a Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 20). El Señor Jesucristo es Aquél a través de Quien Dios juzgará a toda la humanidad (Juan 5:22, 23): Creyentes (1a Corintios 3:10-15; 2a Corintios 5:10), Habitantes de la tierra que estén vivos cuando Él regrese en gloria (Mateo 25:31-46); y Muertos incrédulos en el Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15) como el Mediador entre Dios y el hombre (1a Timoteo 2:5), la Cabeza de Su Cuerpo que es la iglesia (Efesios 1:22; 5:23; Colosenses 1:18), y el Rey universal venidero, Quien reinará en el trono de David (Isaías 9:6; Lucas 1:31-33), él es el Juez que tiene la última palabra de todos aquéllos que no confían en Él como Señor y Salvador (Mateo 25:14-46; Hechos 17:30, 31).