En momentos de dificultad, angustia o sufrimiento, qué gratificante es escuchar noticias esperanzadoras. Las buenas noticias traen alegría y esperanza. En medio de esta pandemia, todos esperamos escuchar buenas noticias. La Biblia usa el término «evangelio» para referirse a las mejores noticias que alguien puede recibir.

¡Cuidado con falsas «buenas noticias»!

Ante la crisis actual, las personas están más vulnerables y angustiadas que nunca. La cercanía con la muerte hace que muchos piensen acerca de su alma. Lamentablemente, así como hay noticias falsas de todo tipo, también hay noticias falsas acerca del evangelio. Pablo advirtió esta realidad más de 2000 años atrás (Gal 1:8–9). Dar noticias falsas o distorsionadas acerca del evangelio es algo muy serio para Dios, ya que la vida eterna de muchos está en juego. Debemos estar alerta. Muchos aprovechan esta pandemia para dar noticias falsas contrarias al evangelio verdadero. A continuación, presentaré tres ejemplos recientes y nos enfocaremos en el último para proveer una respuesta bíblica.

Predicadores de la prosperidad

Muchos predicadores de la prosperidad expresan sus «decretos» afirmando que detendrán el avance del virus. Algunos declaran que el virus no tocará a ningún cristiano. Otros aprovechan la ignorancia de las personas y piden dinero a cambio de objetos supuestamente bendecidos o que brindarán bendiciones especiales durante este tiempo. Como nunca antes, el coronavirus ha desenmascarado la ineficacia y embuste de estos hombres que pretendían traer buenas noticias. 

Teólogos del teísmo abierto

Los teólogos del teísmo abierto proponen que Dios no es realmente soberano en medio de situaciones tan críticas como las que vivimos. En pocas palabras, a Dios se le ha salido de control este planeta y nosotros debemos buscar cómo ayudarle para resolver este desastre. ¡Qué noticia tan desesperanzadora es pensar en un Dios tan débil, que ni siquiera sabe lo que va a suceder en el futuro ni está en control!

Católicos

El Vaticano no ha sido la excepción en la propagación de «fake news» espirituales. El 27 de marzo se anunció una bendición especial para toda la humanidad: Una indulgencia plenaria. En un comunicado oficial[1], el Vaticano comunicó los términos de esta indulgencia, como sigue:

Todos los que sufren a causa de COVID-19… la indulgencia plenaria se otorga a los fieles afectados por el coronavirus, sometidos a cuarentena por orden de la autoridad de salud en hospitales o en sus propios hogares si, con un alma separada de cualquier pecado, se unen espiritualmente a través de los medios de comunicación para la celebración de la Santa Misa o la Divina Liturgia, en la recitación del Santo Rosario, en la práctica piadosa del Vía Crucis o del Oficio de la Paràklisisa u otras oraciones de las respectivas tradiciones orientales, a otras formas de devoción, o si al menos recitarán el Credo, el Padre Nuestro y una invocación piadosa a la Santísima Virgen María, ofreciendo esta prueba en un espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), tan pronto como sea posible para ellos…

Trabajadores de la salud, miembros de la familia y aquellos que, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, exponiéndose al riesgo de contagio, ayudan a los pacientes con coronavirus de acuerdo con las palabras del divino Redentor… obtendrán el mismo don de la indulgencia plenaria en las mismas condiciones…

La Iglesia reza por aquellos a quienes les resulta imposible recibir el sacramento de la Unción de los enfermos y el Viático, confiando a todos y cada uno a la Divina Misericordia en virtud de la comunión de los santos y concede a los fieles Indulgencia plenaria en el punto de la muerte, siempre que estar debidamente dispuesto y recitar habitualmente algunas oraciones durante la vida (en este caso, la Iglesia compensa las tres condiciones habituales requeridas). Para alcanzar esta indulgencia, se recomienda el uso del crucifijo o la cruz…

La Santísima Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, Salud de los enfermos y ayuda de los cristianos, nuestra abogada, quisiera ayudar a la humanidad sufriente, rechazando de nosotros el mal de esta pandemia y obteniendo todo lo necesario para nuestra salvación y santificación.

Este decreto es válido a pesar de cualquier disposición contraria.

Esta indulgencia plenaria ofrece perdón de pecados a todos aquellos afectados por el virus incluyendo a las personas que sirven en el área médica atendiendo la pandemia.

¿Por qué las noticias del Vaticano son malas noticias?

Todos nos alegraríamos si se anunciara una cura definitiva para el COVID-19. Sin embargo, nos decepcionaríamos si escucháramos que la supuesta cura es espuria, falsa e ineficaz. Este es el caso con la indulgencia plenaria otorgada desde el Vaticano.[2] Por lo menos tres razones hacen que este anuncio sea uno que porta malas noticias.

Solo Dios puede otorgar el perdón de pecados

Solo Jesucristo puede ofrecer perdón absoluto de pecados (Lc 5:20–24; Jn 14:6). Los hombres son simples emisarios que deben proclamar el evangelio. Ningún hombre en esta tierra tiene una autoridad superior para distribuir la gracia de Dios a la humanidad. Este no es un error reciente para los católicos. La figura del papa se ha presentado como un administrador de la gracia y los méritos de Cristo, repartiendo y algunas veces hasta vendiendo el perdón de pecados (por ejemplo, la venta de indulgencias previo al comienzo de la reforma protestante).

Las obras y fetiches no son medios para obtener salvación

Hacer rosarios, recitar credos, usar crucifijos o conectarse a una misa virtual, son todas expresiones que carecen de sustento bíblico para presentarse como medios eficaces de salvación. Por el contrario, estos requisitos parecen obras externas como requisito para la salvación, lo cual se opone radicalmente a Efesios 2:8–9: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe».

Solo Jesús puede mediar entre Dios Padre y los hombres

El papa no es el mediador entre Dios y los hombres de acuerdo a las Escrituras. La Biblia no otorga a ningún hombre el supuesto papel de vicario de Cristo en la tierra. Por otra parte, la virgen María también es presentada como una mediadora eficaz entre Dios y los hombres. Ella no puede mediar ni abogar por los seres humanos. En contraste, la Biblia habla de que solo Jesucristo es el mediador entre el Padre y los hombres: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (1 Tim 2:5).

Las buenas noticias del evangelio

Las buenas noticias son que puedes ser reconciliado con Dios por medio de Jesucristo. No necesitas obras que añadir a tu cuenta. No necesitas recitar y repetir oraciones. No necesitas dar una ofrenda especial y, definitivamente, no necesitas usar objetos «bendecidos». Lo único que requiere Dios es una fe genuina en Jesucristo. Hay por lo menos tres verdades que todo ser humano debe comprender, afirmar y creer.

Todo ser humano está infectado con el pecado

Todos hemos pecado (Ro 3:1018). Independientemente de la dimensión y forma de tu pecado, todos hemos fallado delante de un Dios santo y somos culpables. En momentos como este donde la muerte se vuelve una realidad para todos, ¿has reconocido que has pecado en contra de Dios?

El pecado del hombre merece un juicio

Dios es un Dios santo y justo (Hab 1:13). No puede pasar por alto nuestras ofensas y hacer caso omiso. Sería detestable que un juez decidiera dejar libre a un homicida para mostrar su bondad. De la misma manera, Dios no puede dejar libre al pecador (Ro 6:23). Muchos en estos días temen a un virus microscópico que solo puede destruir sus cuerpos, pero la Biblia nos manda a temer a aquel que puede destruir nuestra alma en el infierno (Mt 10:28).

Jesucristo es Señor y Salvador

El evangelio de Jesucristo son las mejores noticias que alguien puede recibir. Es seguro y eterno. Creer las buenas nuevas de Jesucristo no solo trae esperanza y gozo al que no lo tiene, sino que trae salvación y perdón al que está condenado. Jesucristo, el Hijo de Dios, se hizo hombre y habitó entre nosotros (Mt 1:23; Flp 2:7). Vivió de manera perfecta sin pecar (Heb 4:15), y murió en la cruz para pagar el precio de nuestros pecados (Jn 19:30). Además, este glorioso Salvador se levantó de entre los muertos, certificando que la deuda había sido cancelada (1 Cor 15:4). Hay un intercambio perfecto para aquellos que creen estas buenas noticias por medio de la fe: Todo aquel que se arrepienta de sus pecados y comience una vida de obediencia a la Palabra de Dios, obtiene perdón completo de sus pecados (Jn 14:15).

No hay mejores noticias. Independientemente de lo que pase, si estás en Cristo, tu alma está segura. Vive seguro y confiado en Él, pues Él Señor está en control. Sin embargo, todo aquel que no reciba estas buenas noticias, tendrá un destino eterno de tormento, angustia y desesperanza (Mar 9:44–49). No esperes más. Durante esta pandemia Dios te llama a arrepentirte de tus pecados (Hch 17:30–31). Ven hoy a Cristo y Él estará dispuesto para perdonarte y salvarte. ¡Estas si son buenas noticias!

---

[1] Véase: http://press.vatican.va/content/salastampa/en/bollettino/pubblico/2020/03/20/200320c.html

[2]Véase la entrevista con un emisario oficial del Vaticano para explicar los detalles de la indulgencia plenaria que se otorgó: https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2020-03/cardenal-piacenza-indulgencia-manto-de-misericordia-coronavirus.html